ART & LITERATURA (Victor Van Amadeus)



KLASE DE EROTISMO DE DOMINGO DE RAMOS



Por.- Víctor Van Amadeus
www.victorvanamadeus.blogspot.com



El cuerpo como materia visible y palpable, está propenso a todo contacto externo, experimenta todo tipo de sensaciones; tanto de dolor como de placer, pues ya lo decían “el cuerpo es el campo de batalla entre Eros y Tánatos, entre el deseo y la destrucción”, y esa dualidad, esa contradicción que lo hace inmune, descontinúo; pero a la vez lo magnifica, lo hace pisar tierra. Esto muy bien se puede representar en el erotismo, producto artificial del hombre; “siendo campo de sufrimiento haciendo que el deseo de uno provoque la objetualización del otro” decía Bataille. Pero él mismo fue quien nos hablaba de la poesía como forma de llegar al erotismo “La poesía lleva al mismo punto que todas las formas del erotismo; a la indistinción, a la confusión de objetos distintos. Nos conduce hacia la eternidad, nos conduce hacia la muerte y, por medio de la muerte, a la continuidad: la poesía es la eternidad”.

La poesía en el erotismo tiene un lugar preferencial, ya que de algún modo manejan los mismos códigos, como símbolos, metáforas; para transformarlo en un acto artístico o para decirlo en palabras de Edgar Allan García quien sostiene que la poesía erótica “nace de la necesidad de expresar estéticamente lo prohibido e innombrable, y al mismo tiempo de dar testimonio de nuestra verdadera dimensión sexual”.
Ningún poeta que se haya expresado, ha tenido al menos la tentación de escribir sobre el erotismo, de esta forma; es pues entonces que el poeta se concentra en desvelar el ritual secreto de los amantes y/o tender puentes luminosos entre la carne y el ensueño. Y en el caso particular del poeta Domingo de Ramos, esto se hace palpable gracias a su poemario Erotika de klase, quien con su peculiar estilo, influido por los poetas de la generación Beat, antes que por los poetas malditos, ha podido internarse en este mundo muy manoseado pero no entendido en su verdadera dimensión.
Giancarlo Stagnaro dice al respeto al poemario “apelando a imágenes tumultuosas y sucesivas, De Ramos marca los ritmos poéticos en una celebración del cuerpo de la amada, objeto de todos los amorosos posibles”. Y es que los poemas no se quedan ahí, varados en sueños aletargados o a la mera contemplación, sino que la acción desaforada determina la intensidad en cada acto y estos son transmitidos a la palabra: “dejo mis cicatrices a tu precisión inesperada/como ese bolero que te torció los labios hacia lo míos/succionándome la luz con que te llené desbarrancándome/ en el sofá donde hacemos el amor como unos/ contorsionistas…”.

Es pues el amor carnal en que se retrata Erotika klase, colinda con lo violento, visceral y lacerado, matando lo sublime y lo superficial. El mismo autor justifica esa actitud propia de estos tiempos actuales “la violencia la tengo como herencia…yo soy del ochenta, vengo atravesando por toda esa forma de violencia que había, y que aplico en mis libros anteriores y lo hago ahora en el erotismo, pero con un toque de sensualidad y cierta ternura. Cierta ternura, porque en realidad no la tiene mucho. Más tiene de dolor, y con el dolor está el placer; ahí es donde me regodeo más”, palabras que nos hacen recordar a los postulados propios del Marquez de Sade.

Por ultimo Domingo de ramos no esta exento del la concepción batailleana del erotismo, quien lo aparenta a la idea de lo místico, lo divino y acaso a lo profano; en una de sus versos dice: Estoy buscandote en tu porosa ansiedad/Resurrección en el estrecho punto/desaparición/CRUZ. Este es un poemario para comprender la situación en que se halla el erotismo en épocas de consumistas exacerbados y moralistas trasnochado.
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