Pintura de Carlos Vico Lacosta
Entonces con una lealtad a la todopoderosa poesía y entendiendo al arte como instrumento que humaniza al hombre, surge ARLEQUÍN para reafirmar que quizá las artes no trasformen el mundo, excepto en la medida que siguen cambiando nuestras vidas y que la poesía no sirva para nada excepto para vivir.